Apenas las hojas comienzan a amarillear un poco y nos salta a la cara el primer aire insolente, nos acordamos del verano. Tratamos entonces de ordenarlo en forma de ilusiones, de promesas rotas o incluso de fotos.
A mí este verano,
me sorprendió sobre todo la ironia de la naturaleza

pude admirar portentosas obras públicas

disfrutar del sol y la lluvia

visitar playas

usar modernísimos medios de comunicación
comer cosas increíbles
