Domus Cáliz

por si alguna vez no fuese posible vivir en otro lugar

17/10/09

Una habitación para la novela, es siempre una habitación propia


El próximo miércoles, 21 de octubre, a las 19 h. presentaré mi novela "Horas para Wallada" (Paréntesis Editorial) en el Museo Casa de los Tiros, C/ Pavaneras, 19, de Granada. El acto será presentado por el poeta y profesor Álvaro Salvador




Horas para Wallada



Siempre tan solemne, apenas llegué Sidi declaró ante todos los presentes que entraba una mujer cuyos versos eran tan emocionantes como su conversación. Luego me llevó al cuarto donde tenía la biblioteca, y me mostró una vitela en la cual se recogían los poemas que Wallada había dedicado al poeta Ben Zaydun, el gran amor de su vida y el hombre con quien compartió la gloria en la Córdoba califal. Pero también el hombre al que abandonó años más tarde cuando creyó haber sido traicionada, y al que satirizaba en unos atrevidos poemas que al parecer corrieron de boca en boca por toda la ciudad. Wallada escribía saltándose muchas de las normas de recato y sumisión que rigen para las mujeres, incluso hablaba de su naturaleza femenina sin mostrar el menor atisbo de vergüenza. Si bien cuando se conocían los avatares de su existencia, la lucha que había mantenido para que se respetase su talento, podía llegar a comprenderse que hubiera precisamente esas palabras. Tal vez me aventuro por un camino que no conozco, pues el paso de los siglos suele confundir nuestra opinión sobre los hombres y mujeres que nos precedieron, pero estoy segura de que Wallada comenzó a escribir con aquel desparpajo para responder con versos agudos a quienes se burlaban de ella, y terminó haciéndolo para demostrar que una mujer podía ser tan ingeniosa en el manejo de la métrica como un hombre. Y por lo que cuentan las crónicas parece que no le fue mal del todo, pues, además de tener tertulia literaria y seguidores, fue maestra de otros grandes personajes de la época.

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