Domus Cáliz

por si alguna vez no fuese posible vivir en otro lugar

10/5/09

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Carrera de relevos



El dios Pan ha muerto, gritaron unos pastores griegos al paso del gran Alejandro Magno, cuando la humanidad no podía concebirse sin dioses. ¿Qué haremos ahora? Protestaron algunos. Lo que hemos hecho siempre: Erigir una nueva iglesia e inventar otros milagros.
Dios ha muerto, gritó Nietzsche muchos siglos más tarde, cuando en realidad quería decir que Dios estaba muriendo. Y al comprender la estridencia de aquella declaración, las iglesias de todo el mundo se organizaron para alargar la agonía todo el tiempo que fuese posible.
Amor ha muerto, gastado de tanto usarlo, gritan ahora los poetas posmodernos desde una pantalla de plasma. Y aunque a nadie le gusta esa declaración, también es cierto que ya nadie está dispuesto a sacrificarse en los cultos románticos.
El Diablo querría morir también, como todos los dioses que alguna vez concibieron los hombres, pero resulta que ya nadie le hace el menor caso.
Es por eso que está pensando en suicidarse.

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