Domus Cáliz

por si alguna vez no fuese posible vivir en otro lugar

3/11/09

La habitación de Herder Guzman, poeta por necesidad

El silencio

Alguna vez Herder ha llegado a entender,
por qué es tan necesario el silencio:
para sentirse dentro de un cuerpo,
para que la música tenga un rival digno.
Porque en el silencio
guardan su piel todas las verdades
y se vuelven cómplices los sentimientos.
Porque gracias a él,
nos hacemos adictos a la soledad,
a los rostros dormidos, al color de algunos inviernos.






Herder Guzmán, nació no hace aún medio siglo en un pueblo de la costa atlántica de Cádiz, de madre brasileña y padre pescador. Aprendió a amar los libros gracias a un maestro benévolo que andaba siempre dispuesto a ponerse como ejemplo, tanto de lo bueno como de lo malo. Carpintero y alfayate, Herder se embarcó sin rumbo para huir de un desengaño de juventud. Encontró en el viaje, en la lejanía y las gentes, un sinfín e preguntas. Ha elegido Granada para intentar responder a algunas de ellas. Autodidacta de formación, lee todo aquello capaz de entusiasmarle. Se acerca a la poesía con la mirada asombrada, incrédula, convencido de que ha encontrado en la escritura algo que le entusiasma tanto como leer.

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